INTEGRANDO LA MEDITACIÓN EN NUESTRA VIDA DIARIA
Sesión 4 (06-10-16)
Aquí tenéis algunos puntos principales de la sesión de ayer, que junto a vuestras notas personales os ayudarán a recordar:
1. Una forma de ser
Cuando medites deja el cuerpo quieto, la palabra en silencio y la mente suelta y en paz.
No te esfuerces por lograr ningún estado en particular.
Permanece suelto y natural, despierto y a la vez muy relajado.
Nuestro ser verdadero es así y esa forma natural de ser es lo que se practica en la meditación.
2. Práctica informal
Las enseñanzas budistas nos muestran que es posible meditar en cualquier momento y lugar. De hecho, traer la meditación a nuestra vida cotidiana es uno de los principales objetivos de la práctica budista.
Cualquier actividad diaria puede ser usada para meditar.
Es importante tomarse unos instantes durante la jornada para ser simplemente conscientes de las experiencias que atraviesan nuestra mente. Un buen método consiste en marcarse un pequeño objetivo sobre las veces que vamos a volver la mente a casa durante el día. Como principiantes, 2 ó 3 veces al día es un objetivo razonable (15 a 20 veces los que llevan un poco más de tiempo). Puedes aumentar este número conforme te sientas cómodo/a.
Lleva la cuenta diaria de las veces que regresas al momento presente.
Puedes utilizar ayudas externas que te recuerden el volver (alarmas, post-its, etc..)
Con este ejercicio estamos rompiendo el hábito de permanecer distraídos así como la necesidad de tener siempre un ambiente sereno y relajado para poder meditar.
Tu intención de meditar es meditación. Cuéntala.
La práctica informal (en el día a día) apoya a la práctica formal (en el cojín) y viceversa. De esta manera, la barrera entre las dos se va diluyendo cada vez más.
Deberes para casa