1. Observar la respiración
2. El verdadero propósito de la meditación es recargarse
3. Crear el ambiente externo
Hay tres puntos que debemos tener en cuenta si queremos tener éxito en nuestra práctica:
Crear un entorno adecuado.
Practicar en sesiones formales.
Integrar la meditación en nuestro día a día.
Si no creamos un entorno adecuado nuestra mente no estará inspirada ni será conducente para la práctica. Simplemente no estaremos en el estado de ánimo propicio para practicar:
“Si creas las condiciones auspiciosas en tu cuerpo y en tu entorno, la meditación y la realización surgirán de manera automática”.
Se trata de crear un espacio tan inspirador que nada más entrar ahí nuestra mente se asiente naturalmente. Puede ser tanto un entorno exterior como interior, algo que recuerdes, pero debemos empezar creando el entorno exterior.
Haz de este sitio algo especial, sencillo e inspirador, al fin y al cabo este va a ser el lugar más importante de tu casa, el lugar donde pasarás tiempo con lo mejor de ti, donde de verdad te encontrarás contigo mismo.
Un póster o una foto de un paisaje que nada más verlo te serene puede ser de gran ayuda.
O puedes encender una vela, algo de incienso o incluso poner una pieza musical que te ayude a inspirarte.
Usar recursos que nos faciliten el proceso de entrar en el ambiente de la meditación es lo que se conoce como crear el ambiente externo.
Tareas para la semana
Encuentra tiempo cada día para sentarte y practicar, esto es fundamental.
Empieza a buscar tu lugar de meditación y conviértelo en un sitio inspirador donde disfrutar de tu compañía.